En Mandolina entendemos la librería como un núcleo cultural. Un espacio donde los libros no solo se venden: circulan, se recomiendan, se comparten, se conversan. Un puente entre el mundo editorial y quienes leen.

Desde nuestros inicios trabajamos con especial dedicación en la curaduría del catálogo. Apostamos por editoriales independientes —argentinas, latinoamericanas y españolas— cuyas voces, apuestas estéticas y políticas editoriales nos inspiran. Sostenemos un catálogo que combina belleza, pensamiento, narrativa potente y riesgo editorial.

No buscamos abarcarlo todo, sino construir una propuesta con identidad. Cada libro es elegido con atención, con lectura previa, con preguntas, con intuición. Detrás de cada recomendación hay un gesto: el deseo de que ese libro encuentre a su lector.

Para nosotrxs, el oficio librero es artesanal y afectivo. Conocer el fondo editorial es tan importante como conocer a quienes vuelven, preguntan, se quedan un rato más. En ese cruce —entre libros, lectorxs y conversación— se juega el corazón de Mandolina.